jueves, 13 de diciembre de 2012

Importancia del reconocimiento de valores en la pareja



IMPORTANCIA DEL RECONOCIMIENTO DE VALORES  EN LA PAREJA...


DEFINICIÓN DE UNA RELACIÓN DE PAREJA

 

La definición de una relación de pareja está marcada esencialmente por la inversión que ambos miembros hacen en un vínculo amoroso compartido, con el reconocimiento personal y social de que esas dos personas desean desarrollar un proyecto de forma conjunta.

La aparición de un proyecto conjunto facilita el nacimiento del amor con compromiso, y es en este momento cuando una relación de pareja alcanza cierta estabilidad. Pero, para durar en el tiempo, la pareja debe combinar organización, diversión, sexualidad y seguridad.
 
#La unión conyugal desde la perspectiva jurídica:
Este amor, que siente la persona hacia la otra, y mutuamente entre ambos, no es un final, sino un punto de partida para ambos..

A partir de ahora, ambos, si podrán, y tendrán, que aplicar su voluntad y entendimiento para asumir y desarrollar este amor, dándole cauce pleno en lo humano y en lo espiritual.


Comienza un particular y único (porque es entre “este especifico varón y esta especifica mujer” y no otros) proceso de comunicación entre ambos, siendo ambos diferenciados y complementarios, por ser antropológicamente él y ella.


Este proceso de comunicación por amor mutuo les llevará a la entrega y donación mutua. En la que dos se hacen uno, apareciendo “el nosotros”, culmen de lo que verdaderamente es la unión conyugal.





#El divorcio y sus implicaciones:


La mayor parte de los países occidentales considera al matrimonio como la unión entre dos personas con un reconocimiento jurídico, social y cultural. Su objetivo es brindar un marco de protección mutua y de la descendencia de ambas personas, quienes tienen derechos y obligaciones por esta unión.

El divorcio, por lo tanto, es la disolución legal o religiosa del matrimonio por acuerdo entre ambas partes o por la violación de alguno de los derechos u obligaciones matrimoniales. La legislación suele otorgar protección a los hijos que nacieron durante el vínculo disuelto y a la mujer.

Cuando la ley o la religión no permiten el divorcio, la separación se produce de hecho, sin otro sustento que la disolución de la relación y el alejamiento de ambas personas.

Los divorciados solían ser condenados a nivel social, ya que la creencia del matrimonio para toda la vida era muy fuerte. En las últimas décadas, sin embargo, dicha concepción cambió y ahora se acepta el divorcio como una situación natural para aquellas relaciones que no funcionaron.









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